El presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, afirmó el lunes que su gobierno está tomando medidas para resguardar al país de la inflación global desencadenada por el conflicto entre Ucrania y Rusia. Aunque destacó la estabilidad económica actual, reconoció la amenaza inflacionaria y anunció la próxima inauguración de plantas de diésel para reducir la dependencia de la importación de combustibles.
Durante la posesión de la nueva ministra de Relaciones Exteriores, Celinda Sosa, Arce subrayó el compromiso de su administración en mantener la estabilidad económica y proteger el poder adquisitivo de la población más vulnerable. Destacó que, a pesar de la dependencia histórica de la importación de diésel y gasolina, el gobierno trabaja para superar este desafío y contrarrestar el impacto del aumento de precios de los carburantes debido al conflicto bélico.
Arce resaltó la inversión en políticas que aborden problemas estructurales, como la importación de combustibles, en lugar de soluciones superficiales. En este sentido, anunció la próxima entrada de Bolivia en la era de la industrialización con la inauguración de plantas de biodiésel en Santa Cruz y El Alto, así como la implementación de factorías de hidrotratamiento de aceites vegetales, colocando al país como pionero en Latinoamérica en la producción de combustibles amigables con el medioambiente.
Además, el presidente mencionó el avance de la planta de zinc en Oruro, un paso crucial hacia la industrialización de la minería en el país. Destacó la importancia de que Bolivia se posicione activamente en el nuevo escenario internacional, identificando oportunidades de desarrollo en la exportación de materias primas e impulsando la exportación de alimentos como elemento central para la economía mundial.
En medio de un cambio histórico en las dinámicas internacionales, Arce enfatizó la necesidad de que Bolivia busque sus propios intereses y se consolide como un actor relevante en la escena global.