El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, falleció el domingo en un trágico accidente de helicóptero, según informaron medios estatales iraníes. El accidente también se cobró la vida del ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, y otras personas que viajaban a bordo.
El incidente ocurrió cuando el helicóptero en el que viajaban sufrió un “aterrizaje forzoso” debido a dificultades en medio de una densa niebla en el norte del país. Los equipos de búsqueda encontraron el lugar del accidente este lunes, pero la televisión estatal confirmó que no había “señales de vida”.
El presidente Raisi y su comitiva, que incluía al ministro de Asuntos Exteriores y otros funcionarios, formaban parte de un convoy de tres helicópteros que sobrevolaban la zona. Las condiciones meteorológicas adversas y la espesa niebla dificultaron las labores de rescate, según el ministro del Interior, Ahmad Vahidi. El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, ha declarado cinco días de duelo y ha nombrado a Mohammad Mokhber como presidente interino hasta que se elija un nuevo mandatario en los próximos 50 días.
Un Suceso con Repercusiones
Ebrahim Raisi, de 63 años, era conocido por sus posturas políticas ultraconservadoras y su carrera en el sistema judicial iraní. Fue elegido presidente en junio de 2021, un puesto que ocupa la segunda autoridad del país tras el líder supremo. Su muerte plantea interrogantes sobre la estabilidad política en Irán, aunque el líder supremo Jamenei ha asegurado que el país seguirá funcionando con normalidad.
La noticia del accidente y la muerte de Raisi ha causado una caída en la moneda iraní ante el dólar, reflejando la incertidumbre económica que podría derivarse de esta tragedia. Raisi era considerado un posible sucesor del ayatolá Jamenei, y su fallecimiento podría tener implicaciones significativas para el futuro liderazgo de Irán.
Reacciones y Futuro
El helicóptero presidencial estaba en ruta a la ciudad de Tabriz, tras una visita a la frontera con Azerbaiyán. El accidente ha conmocionado al país y ha llevado a la ciudadanía a un estado de luto. En la ciudad santa de Mashhad, se han visto imágenes de fieles rezando por el presidente fallecido.
La situación en Irán seguirá bajo escrutinio internacional mientras se desarrollan los acontecimientos y se nombran nuevos líderes para ocupar los vacíos dejados por esta tragedia.